sábado, 11 de agosto de 2012

Crowded


¿Cómo es posible que estemos ya en agosto? No doy crédito. Acabé los exámenes el día 28 de junio y resolví los trámites en la que probablemente será la universidad a la que vaya el próximo curso (UAM) el día 10 de julio. Me pasé esos días intermedios aislada del mundo, recuperando horas de sueño, comiendo, viendo películas atrasadas, leyendo libros sobre los que no me iban a examinar y descubriendo nuevas series. Durante aquellos días el verano prometía ser enorme. No sé cómo ha ocurrido, la verdad, no tengo ninguna explicación posible, pero ha pasado un mes de aquello y no sé dónde se han metido tantos días. No he leído más, no he estudiado alemán, no he viajado, prácticamente no he quedado con gente y todas esas cosas con las que había fantaseado durante el curso se han desvanecido. 

Según pasaban las semanas la cosa no ha ido a mejor. Estos últimos días me los he pasado literalmente encerrada en casa y más concretamente en mi habitación. Durmiendo más horas de las que me gustaría reconocer y no precisamente por cansancio. Lo único interesante que he hecho ha sido ir al cine, cosa que a partir de septiembre será otro lujo más que no podré permitirme. Estoy desconectada de gatos, cuerdas y granito desde hace ni sé los meses y, la verdad, he perdido un poco el interés en ellos, probablemente porque ya ni recuerdo lo que se siente al rapelar, debe de ser algo parecido a estar superando una adicción, cuánto más tiempo pasa mejor lo llevas, pero también por miedo.  -No tenía suficientes miedos en mi vida, lo sé.-  Al meter la patita en este mundillo empiezas a conocer historias de gente de todo tipo que, por detalles insignificantes a veces, o por los motivos que sean, acaban en tragedia, historias que te ponen los pelos de punta. De todas formas mi escasa experiencia y lo que ahora puede sonar a falta de entusiasmo se convierten en todo lo contrario con tan solo unas palabras de Rébuffat, Kukuczka o Boukreev (las tres únicas lecturas de aquellos días de principios de julio). No sé muy bien por qué habrá sido pero el caso es que hoy, ¡por fin!, me he movido ligeramente. He pensado que ya que mi vida es un caos ridículo, por lo menos mi espacio no debería serlo, quizá este sea el camino para empezar a ordenar todo lo demás. Así que, aprovechando las primeras ganas de hacer algo en muchos días, me he puesto con el armario, las estanterías, los papeles, incluso con los horarios del próximo curso. Me he deshecho de cantidad de cacharritos inservibles que en su momento parecían importantísimos y que ya no lo son tanto. Y ya de paso, he aprovechado para darles también a mis libros algo de espacio: les he quitado todos los muñequitos que les rodeaban. Los muñecos han tenido mejor suerte que los cacharros y los he guardado para cuando los libros vuelvan a sentirse solos. Estábamos todos con exceso de equipaje. A ver si éste es el camino hacia el entusiasmo y la claridad.

1 comentario:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=kuLbe673yYw

    http://www.kareol.es/obras/cancionesbrahms/43-1.htm

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