¿Cómo es posible que
estemos ya en agosto? No doy crédito. Acabé los exámenes el día 28 de junio y
resolví los trámites en la que probablemente será la universidad a la que vaya
el próximo curso (UAM) el día 10 de julio. Me pasé esos días intermedios aislada
del mundo, recuperando horas de sueño, comiendo, viendo películas atrasadas,
leyendo libros sobre los que no me iban a examinar y descubriendo nuevas
series. Durante aquellos días el verano prometía ser enorme. No sé cómo ha
ocurrido, la verdad, no tengo ninguna explicación posible, pero ha pasado un mes
de aquello y no sé dónde se han metido tantos días. No he leído más, no he
estudiado alemán, no he viajado, prácticamente
no he quedado con gente y todas esas cosas con las que había fantaseado durante el curso se han desvanecido.
Según pasaban las semanas la cosa no ha ido a
mejor. Estos últimos días me los he pasado literalmente encerrada en casa y más
concretamente en mi habitación. Durmiendo más horas de las que me gustaría
reconocer y no precisamente por cansancio. Lo único interesante que he hecho ha
sido ir al cine, cosa que a partir de septiembre será
otro lujo más que no podré permitirme. Estoy desconectada de gatos, cuerdas y
granito desde hace ni sé los meses y, la verdad, he perdido un poco el interés
en ellos, probablemente porque ya ni recuerdo lo que se siente al rapelar, debe
de ser algo parecido a estar superando una adicción, cuánto más tiempo pasa
mejor lo llevas, pero también por miedo. -No tenía suficientes miedos en mi
vida, lo sé.- Al meter la patita en este mundillo empiezas a conocer
historias de gente de todo tipo que, por detalles insignificantes a veces, o
por los motivos que sean, acaban en tragedia, historias que te ponen los pelos
de punta. De todas formas mi escasa experiencia y lo que ahora puede sonar a
falta de entusiasmo se convierten en todo lo contrario con tan solo unas
palabras de Rébuffat, Kukuczka o Boukreev (las tres únicas lecturas de aquellos
días de principios de julio). No sé muy bien por qué habrá sido pero el caso es
que hoy, ¡por fin!, me he movido ligeramente. He pensado que ya que mi vida es
un caos ridículo, por lo menos mi espacio no debería serlo, quizá este sea el
camino para empezar a ordenar todo lo demás. Así que, aprovechando las primeras
ganas de hacer algo en muchos días, me he puesto con el armario, las
estanterías, los papeles, incluso con los horarios del próximo curso. Me he
deshecho de cantidad de cacharritos inservibles que en su momento parecían importantísimos
y que ya no lo son tanto. Y ya de paso, he aprovechado para darles también a mis libros algo
de espacio: les he quitado todos los muñequitos que les rodeaban. Los muñecos
han tenido mejor suerte que los cacharros y los he guardado para cuando los
libros vuelvan a sentirse solos. Estábamos todos con exceso de equipaje. A ver
si éste es el camino hacia el entusiasmo y la claridad.
http://www.youtube.com/watch?v=kuLbe673yYw
ResponderEliminarhttp://www.kareol.es/obras/cancionesbrahms/43-1.htm