domingo, 18 de septiembre de 2011

Sin existencialismos ni gilipolleces


Voy dejando pasar los días mientras espero los resultados de los exámenes, esperando desesperadamente a que alguien cuelgue las respuestas. Y, a la vez, preparándome para lo mejor, luchando por no volverme loca con los horarios de las futuras clases a las que asistiré. ¿Cómo es posible que nadie me haya avisado de lo difícil que es comprender los horarios de la universidad y cuadrar las asignaturas que eliges para que no coincidan unas con otras? 

Entre búsqueda incesante de exámenes y plantillas incomprensibles de horarios, ayer me fui al cine a ver una película de la que no sabía nada excepto que trabajaban Brad Pitt y Sean Penn, El árbol de la vida. Aburrió soberanamente a mi acompañante y, al parecer, a varios espectadores de la sala que se salieron durante la proyección. Digo al parecer porque yo estaba tan metida en la película que ni me enteré. Es larga y extraña, muy extraña. Salí del cine con una sensación parecida a la que me provocó una película que me gustó mucho: El nuevo mundo. Ambas son del mismo director, Terrence Malick. No sé cómo explicarlo sin quedar muy pedante, así que les dejo lo de las sensaciones a los críticos de cine y  yo me centro en lo que más me gustó. Las maravillosas imágenes del mundo, del universo, ¡Y hasta de dinosaurios! que recuerdan a un documental de esos que le dejan a uno boquiabierto, por un lado, y con una sensación de vértigo, por otro. Me entusiasmó también cómo transmite las vivencias y las emociones -¡Bendito diccionario de sinónimos!- de la infancia. 

Después del cine y para celebrar el fin de exámenes, con muchas ganas de hacer un poco de vida social después de dos meses de reclusión prácticamente absoluta, nos fuimos a tomar unos mojitos a la terraza de un bar desde el que vimos los fuegos artificiales de Villaviciosa de Odón. Sin planearlo, que es como mejor salen las cosas, acabamos con otros amigos en un karaoke en el que, por supuesto, no canté y, sin saber cómo, hoy estoy afónica. Aunque quizá tenga algo que ver eso de haber llegado a casa a las seis de la mañana y haber dormido tres horas.

1 comentario:

  1. A mí, lo que más me gustó de la peli fue Sean Penn ;). Espectacular interpretación de no más de cinco minutos... Estoy con tu acompañante en que me aburrió tela, pero me maravilló la fotografía, las imágenes de documental de la BBC y la estética en general.. Enhorabuena por tu blog, de ahora en adelante lo leeré más!

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