viernes, 25 de marzo de 2011

Debajo de la manta


Con la llegada de la primavera han llegado las notas de los exámenes y la vuelta a clase. En las notas no he salido muy mal parada y como quiero empezar la tercera evaluación con buen pie, o letra o como se diga, me he dado un respiro. Por eso aún no quiero pensar en abril. De momento tengo suficiente con marzo. Así que en lugar de ponerme a estudiar y a pasar apuntes sin sentido, en esta tarde de viernes me he refugiado debajo de mi manta verde y me he pasado unas horas inmersa en una nueva lectura. El libro de Lynn Hill me dejó muy buen sabor de boca y me apetecía enlazarlo con otro escrito por una mujer, en este caso le ha tocado a Pati Blasco, y el libro ha sido Andando la vida, premio Desnivel en el 2006. 

El Sol estaba perezoso, como yo, ¿o yo como él?, y se ha debido quedar en el sofá haciendo sus cosas -¿qué le gustará hacer al Sol?- porque no se le ha visto en todo el día. Así que he tenido que encender una pequeña lámpara que tengo enganchada en la estantería para poder leer. Julia, la protagonista del libro, ha sido muy generosa y me ha llevado junto a ella todo el viaje. El foco de mi lamparita me acompañaba haciendo de sol y me transportaba al calor de Islamabad. Después, debajo de mi manta, me imaginaba dentro del saco de dormir junto a una de sus tiendas en el frío del campo base del K2 y por último el ruido de la aspiradora de mi vecino simulaba los motores del avión al aterrizar en Barajas. 

Y yo que pensaba que hoy no iba a salir de casa. ¡Qué estupendo es poder viajar gratis a través de las palabras de otros!

martes, 15 de marzo de 2011

Robert Redford me hace ping


Levantarse de la cama sabiendo que en unas horas estarás haciendo el último examen es una sensación agridulce. Los nervios, el último repaso y el camino a clase son agrios. Dulce es la sensación del descanso que se acerca. Pero vuelve a ser agria porque el descanso va a ser más bien corto: la tercera evaluación está a la vuelta de la esquina. Para quedarme con mejor sabor de boca, vuelvo a lo dulce porque el examen me ha salido bastante bien. Veremos a ver qué pasa el próximo martes, el día que me entreguen las notas

Ayer por la noche no pude evitar ver la peli de la sexta, La última fortaleza. Siento debilidad por las películas que suceden en las cárceles. Hay algunas excelentes, como Cadena Perpetua, Pena de Muerte o La Milla Verde. ¿A qué venía esto? Ah sí, pues que al final mi plan de irme a dormir pronto no se llevó a cabo y cuando ha sonado el despertador me ha costado un poco más levantarme. Después he hecho todo lo habitual,  las pequeñas cosas que todos tenemos coreografiadas y que no merecen ninguna mención especial. Pero cuando he llegado a la última de ellas, la que hago justo antes de empezar el día de verdad, TRAGEDIA. Ha ocurrido lo peor de lo peor. He abierto el navegador de mi portátil y ha salido una de esas ventanitas que nunca traen buenas noticias, y ésta era de las peores, de las que no entiende ni Dios, me decía literalmente: "El diagnóstico de red hizo ping al host remoto pero no recibió respuesta". 

¿Qué hacer? Sospecho que no soy el único ser humano que suelta una risilla al leer lo de hacer ping y mucho menos el único en preguntarse ¿Quién ha programado lo que sea que hay que programar para que el ordenador me diga eso? ¿No sería mucho más fácil haber puesto "No funciona la conexión a Internet"? Porque sí, básicamente es lo que significa, lo he averiguado después de estar treinta minutos al teléfono con un operador y la maravillosa música de espera de mi querida compañía de teléfono e Internet. Me inquieta profundamente saber si lo hacen aposta para sacarnos de quicio y volvernos locos o qué. El resto del proceso os lo podéis imaginar. 

No me voy a quejar más hoy, sólo hoy, porque en lugar de pasarme las horas previas al examen perdiendo el tiempo con el correo, el FB y cotilleando blogs, me he pasado la mañana repasando. Así que sí, he bordado el examen. Tengo la sensación de que esto ya me ha pasado y que siempre me pasa antes de un examen. ¿Hay alguien detrás de estas casualidades? ¿Quién puede tener más interés que yo misma en que apruebe? ¿Lo habré programado yo? ¡Qué horror! Basta ya de pensar, que no estoy de exámenes y tengo que descansar el cerebro. A ver si me va a hacer ping y la liamos.

jueves, 10 de marzo de 2011

Más Sabina

sábado, 5 de marzo de 2011

Snowed Under


jueves, 3 de marzo de 2011

A través del espejo y lo que encontré allí


En un abrir y cerrar de ojos nos hemos plantado en marzo y eso significa que estoy otra vez en época de exámenes (gloriosa combinación de palabras, sólo de oírla se me ponen los pelos de punta) y que, por delante, me espera un fin de semana intenso. Me lo voy a pasar en casa estudiando en una habitación con una mesa y pocos chismes más para no desconcentrarme y llegar a los exámenes con la mayor cantidad de conocimientos ordenados posibles. Y para esto, para que los conocimientos no se mezclen con todo lo demás, lo demás debe quedar relegado a un segundo plano. Me toca, por lo tanto, trasladar temporalmente las lecturas de la mesilla a la estantería para que no sean una tentación.  Voy a dejar a medias el libro de Lynn Hill del que, por cierto, estaba disfrutando muchísimo. Ah, y el marcapáginas es la buena noticia de la semana, un próximo lanzamiento muy esperado. También voy a aparcar momentaneamente una nueva adquisición que aún sólo he abierto para oler, el subtítulo reza "Razones para subir montañas", no sé de que tratará pero yo no las busco ni en él ni en ningún otro libro, ni en nada. No necesito razones para hacer lo que más feliz me hace, lo prometo. Por eso lo que más me va a costar va a ser dejar los gatos, el arnés y todo el material nuevo y brillante en el armario. Me consta que lo pasa fatal porque no está diseñado para estar encerrado, necesita tener frío, cegarse con el sol, refugiarse del viento, estar en contacto con piedras, nieve y hielo. Yo soy como mi material o mi material es como yo, como se prefiera, pero escojas lo que escojas, este fin de semana nos vamos a quedar en casa él y yo. Yo voy a cambiar mi material por los libros, los apuntes y los diccionarios y él me va cambiar a mí por un espacio en mi armario. Un armario que tiene una puerta con un espejo. Un espejo que está enfrente de la mesa en la que estudio. Un espejo en el que me miro y no me veo. Sólo me veo a mí con él.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Un miércoles