miércoles, 7 de septiembre de 2011

Miccionando a lo Tom Hanks


No tomo prácticamente medicamentos, única y exclusivamente cuando es imprescindible, o cuando una situación requiere medidas efectivas a corto plazo. Sí, me encuentro en una de ellas. El martes por la noche empecé a notar síntomas extraños y, hoy por la mañana, he ido al médico. Tras una hora de espera en la consulta, y muchas ganas contenidas de ahogar con mis propias manos al señor que tenía sentado a mi lado, porque respiraba como si fuera un buey, la doctora me ha recetado un antibiótico y me ha dicho que tengo una infección de orina. Nunca había tenido una antes. Mi único conocimiento sobre ellas se basaba en el recuerdo de las expresiones y gritos de dolor de Tom Hanks en La Milla Verde. Que, por cierto, dicho sea de paso, o soy un machote comparado con él o las infecciones de orina masculinas son bastante peores que las femeninas. El caso es que, dándole vueltas a esta idea de cosas que nunca antes me habían pasado -porque esta semana, como ya sabéis, también me ha pasado algo nuevo, ¡por fin he aprobado el maldito curso!-, he llegado a la conclusión de que tampoco me he roto nunca ningún hueso, ni me ha tocado nunca la lotería. Así que, como buena temeraria que soy, he decidido que si alguien me garantiza que me van a tocar muchos millones (de euros, se entiende), la semana que viene me rompo el estribo sin pedir nada más a cambio. Porque soy temeraria sí, pero no idiota, o acaso pensabais que iba a cambiar mi precioso fémur por unos milloncitos de nada: JÁ.

Mi emocionante tarde ha consistido en más de ocho horas con mis preciosos apuntes, haciendo un repaso de la literatura española de los tres últimos siglos y memorizando las cuatro valoraciones críticas de las obras que he leído este curso. Levantándome a hacer pis cada diez minutos y mareando a mi madre con los posibles efectos secundarios del tratamiento. -Mi madre me tiene prohibido leer los prospectos de los medicamentos porque cuando lo hago, como buena hipocondríaca patológica, me paso el día diciendo cosas como: “Mira, mira, ¿esto de aquí es un sarpullido?” o “Mira, mira el corazón se me va a salir, esto no es normal” o, como hace un rato, “Mamá, ¿por qué pone aquí que puede comprometer mi vida?” Vamos, hombre, no me jodas, es que eso debería estar prohibido ponerlo.- Menos mal que Paco Ibáñez siempre está ahí para cantarme poemas de Alberti, Neruda, Blas de otero o Brassens.

2 comentarios:

  1. Yo no recuerdo haber tomado nunca un antibiótico que comprometiese mi vida... Guárdame un par!!

    ResponderEliminar
  2. bebe mucha agua!!!!!!!!! (es casi más importante que el antibiótico) y si no estás llorando como Tom Hanks es que no te ha dado muy fuerte.... ¡bien por ti!, es horrible :(

    ResponderEliminar