viernes, 2 de diciembre de 2011

¡Por allí resopla!









En esta ciudad hay una calle que popularmente se conoce como la calle de los tres coños, no sé cuál será su nombre oficial. Pero es totalmente cierto que cuando pasas por ella en esta época del año no puedes evitar decir coño qué frío, coño qué alto, coño qué bonito. Tengo que pasar por ella dos veces al día, cuatro los jueves. Es una calle muy estrecha que bordea la catedral y que está en cuesta. Se forman unas corrientes de aire que ya las quisiera para sí el Capitán Ahab. Así que ver paraguas volando sin dueño es de lo más habitual. Cuando le pasa a uno, no tiene ninguna gracia, pero ver a los afortunados dueños que no lo han perdido todavía, arrebatado por las tempestades de los tres coños, luchando para ponerlos del derecho, aferrándose a ellos como si fueran un tesoro, además de ser divertidísimo, siempre me trae el recuerdo de la escena de Mary Poppins en la que el Señor Banks pierde los papeles y recobra la cordura en aquel despacho del banco. Mucho me temo que esta misma calle con las nevadas y sus consecuentes heladas invernales ha sido el lugar donde se rodaban las caídas de videos de primera. Menos mal que el programa desapareció y que yo tengo ya una mínima experiencia en lo que a crampones respecta –ya falta poco para sacaros del armario, lo prometo-. Otro día os hablo de los chochos charros, por hoy vais servidos de “genitalidades”.

Mención especial a una compañera bloguera que me ha descubierto una página para hacer cosas como las de la foto. ¡Gracias!

1 comentario:

  1. ¡gracias a ti por contarnos tantas cosas! las fotos nunca valen más que mil palabras...

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