Un
día cualquiera le cuentas a tu madre una de esas cosas que pasan y te dice "¿Le has hecho foto para
el blog?" a lo que tú le respondes "Si llevo sin escribir nada un montón de tiempo".
A la mañana siguiente te levantas, compruebas que ese montón de tiempo son más de cuatro
meses y te pones a escribir la chorrada en cuestión.
En
estos meses ha pasado un cuatrimestre y, obviamente, me pongo a
escribir cuando tendría que estar estudiando. Aún
me quedan dos exámenes más, el viernes ambos. Y hoy va y amanece
nublado. Qué quieres que te diga, a mí me da igual el tiempo que haga
cualquier día pero para estudiar necesito un buen cielo despejado y que
entre luz natural. Porque, oye, ya que tienes que estar
metida en casa o en la biblioteca, pues qué menos que entre un poco de
luz. Eso de estar con luz artificial desde las nueve de la mañana
desanima a cualquiera. Total,
que hoy
ha amanecido como para desayunar y volverte a meter en la cama, como
para hacer pan casero, ver una peli en el sofá y jugar al trivial. Y en
lugar de eso tengo que estudiar gramática y alemán. Qué le vamos a
hacer, que
no tenga cosas peores que aguantar.
-¿Tantos meses y esto es todo lo que tienes que decir?
¿Una disertación sobre la influencia de las nubes en el estudio?-
Tranquilidad,
no me voy sin contar lo de la radio pequeñita con forma de grifo que ha estado
pegada al espejo de mi baño durante
cuatro años sin que la encendiera ni una sola vez y de la que me acordé
ayer cuando volvía a casa en el tren, pensé "igual encuentro una emisora decente
para ponerla mientras me ducho". Al llegar a casa la encendí y no
funcionaba, así que supuse que las pilas se le habrían
acabado. La desventosé del espejo, abrí la tapita y oh, sorpresa, las pilas habían explotado. Mi cerebro pensó “qué
cosa más curiosa y asquerosa, seguro que no es nada bueno tocar esto”,
así que bajé en busca de mi padre para que él las quitara, pensando,
ingenua de mí, que sería cuestión
de reemplazarlas. Mi padre, bonachón e inocente, cogió una de ellas por
un extremo y la intentó sacar dejando ver una masa asquerosa que debió
ser líquido en algún momento pero ahora se parecía más al ámbar en versión tóxica. Tiró de ella y comprobamos
que el
muellecillo del polo negativo continuaba adherido a ella hasta dejar de
ser muelle y convertirse en una barrita metálica casi completamente recta.
Conclusión: aparato inservible.
Otros cuatro años duchándome sin radio, total, para lo que hay que oír.
Lo mola todo, es como un personajillo de Wall-e. Eso o que yo tiendo a ver personajillos de Wall-e everyfuckingwhere.
ResponderEliminarOye, a ver si vamos escribiendo todos con más frecuencia.