jueves, 14 de octubre de 2010

Las etiquetas no son malas, es peor equivocarse

Angelines según su nieta
Hola, amigas. Mi nombre es Angelines, vivo en Madrid desde hace no sé cuánto tiempo aunque nací en un pueblo de Toledo. Os escribo porque me llamó la atención una carta que publicasteis el número pasado de una lectora que hablaba de un problema que su hijo había tenido en el trabajo. Me hizo pensar un rato y me he dado cuenta hoy, día 14 de octubre de 2010, que tras sesenta y siete años sosteniendo muchas teorías al respecto, las etiquetas no son tan malas. Siempre me ha parecido que hablar de alguien definiéndolo primero como un vago, una solterona, un viudo, una estudiante o un capullo era un error. Siempre me ha parecido que todas esas etiquetas nos ponen una venda en los ojos y nos obligan a juzgar aspectos de una persona sin tan siquiera conocerla.

¿Por qué siempre me ha sonado tan mal?
Ahora me doy cuenta de que es una ventaja, de hecho considero que todos deberíamos llevar un cartel colgado del pecho con todas las etiquetas que nos han ido poniendo, sí, sí, lo digo en serio. Así cuando conoces a un capullo reconocido, es decir, alguien al que varias personas en diferentes momentos y situaciones de su vida le han colgado el cartel de capullo, sabrás de antemano que las posibilidades de que lo sea son más grandes de lo que pueden ser en otro reconocido, por ejemplo, como vago y bonachón. Alguna os estaréis preguntando qué pasa con las etiquetas que no son ciertas, porque algún capullo os ha podido poner alguna que no se corresponda con la realidad. Para ese caso, amigas, aún no tengo solución. ¿Se os ocurre algo?

No quería dejar pasar la oportunidad de invitaros a participar en nuestras reuniones de tupper sex o de animaros para que montéis una con las amigas o las vecinas. Entre nuestro grupete de amigas causaron furor, porque fue la excusa perfecta para dejar nuestras vidas a un lado durante unas horas al mes y hablar de lo que nos diera la gana. Además nuestros maridos pensaron que era buena idea porque así aprenderíamos cosas nuevas, pobres ingenuos, no se dieron cuenta de que aprendíamos, sí, pero no para compartirlas con ellos. Reunirnos un par de veces al mes para hablar sin ser madres abnegadas, ni esposas pasionales, ni amas de casa perfectas, ni nueras obedientes, ni suegras mal nacidas, tan sólo mujeres ha sido lo mejor que he hecho en los últimos años. A cada reunión tenemos que llevar algo de lo que nos apetezca hablar, preguntar o reír. La hija de mi amiga Rogelia trajo este mail que le habían enviado y nos encantó. Espero que os guste.

En la redacción de la revista tienen mi correo electrónico por si queréis escribirme, hacerme alguna consulta o uniros a nuestras reuniones. 
Un abrazo.

Instituto de formación para hombres.
Curso avanzado (debido a la complejidad y dificultad de asimilación de los temas este curso tendrá un máximo de 8 asistentes)
Tema 1. La plancha: de la lavadora al armario, ese proceso misterioso
Tema 2. Cómo llenar la bandeja de los cubitos de hielo (paso a paso con diapositivas)
Tema 3. La electricidad y tú: ventajas de contratar a un técnico
Tema 4. Últimos avances científicos: cocinar y sacar la basura no provoca impotencia ni hemiplejia (prácticas en laboratorio)
Tema 5. ¿El rollo de papel higiénico nace en el portarrollos?
Tema 6. Cómo bajar la tapa del inodoro (paso a paso con esquemas)
Tema 7. Hacer la maleta ¿incompetencia innata o incapacidad mental progresiva?
Tema 8. La lavadora: esa gran desconocida
Tema 9. ¿Es posible orinar sin salpicar fuera de la taza? (prácticas en grupo)
Tema 10. Diferencias fundamentales entre el cesto de la ropa sucia y el suelo (gráficos aclaratorios)
Tema 11. ¿La taza del café del desayuno levita sola hasta el fregadero de la cocina?
Tema 12. ¿Se puede seguir siendo “alguien” sin tener en la mano el mando a distancia?
Tema 13. Cómo aprender a encontrar las cosas empezando a buscar en su sitio antes de revolver la casa a gritos
Clausura del curso y entrega de diplomas

2 comentarios:

  1. ¿Qué tal etiquetas que necesiten la confirmación de otras dos personas? De esta forma, sería contrastable. Piénselo, Angelines...

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  2. Querida amiga, me parece una buena opción, seguiré dándole vueltas para desarrollar más su idea. Le invitamos a que nos acompañe en nuestra próxima tupper sex siempre y cuando traiga las pastas de té. Un abrazo

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